domingo, 24 de febrero de 2013

Miles de europeos sufren la mano dura de los campos de trabajo de Amazon en Alemania

Amazon, la empresa de venta por internet
Silvina es española y profesora de arte en paro. Dejó en España a sus tres hijos y a su marido para trabajar durante tres meses para la campaña navideña de Amazon, empaquetando envíos en la central de la empresa en la ciudad de Bad Hersfeld en Hesse. Como ella, otros 10.000 trabajadores europeos fueron reclutados por la red de empleo EURES. Son los protagonistas de un documental emitido el pasado 13 de febrero por la cadena pública ARD. 
Al llegar Alemania, los trabajadores encontraron condiciones nada idílicas. El lugar donde se alojaban estaba apartado de la ciudad más próxima y se encontraban aislados, ya que solo un autobús al día que les llevaba a la fábrica y les traía de vuelta, unos 17 kilómetros de camino. Los estrechos bungalows en que tenían que dormir habían de compartirlos de cinco en cinco.
Silvina cuenta que duerme unas cuatro horas al día, pues tras trabajar en el almacén ha de limpiar los bungalows. Muchos tienen que esperar hasta que comienza su turno, por lo que se quedan dormidos en las mesas de la cantina. Tanto la comida fría que les sirven como el autobús les son descontados del sueldo. Hasta 15 kilómetros anda cada trabajador en cada turno en el almacén. Silvina tuvo que ir incluso al hospital debido a las heridas que tenía en los pies.
Según el reportaje, una empresa de seguridad se encargaba de vigilar a los trabajadores, incluso dentro de las habitaciones, en las que entraban sin permiso y llevaban a cabo registros, para documentar "destrozos o robos en el mobiliario del hostal", según ha declarado la empresa al periódico junge Welt.