miércoles, 12 de octubre de 2016

‘La pobreza impuesta es miseria, no pobreza’



La pobreza no es la causa. Es la consecuencia. La raíz de este mal en Venezuela está en la corrupción, estrechamente vinculada a la economía y la sociedad, de acuerdo con el párroco de la iglesia San Martín de Porres, en San Félix, Carlos Ruiz.
Por ello las agrupaciones Movimiento Cultural Cristiano, Camino Juvenil Solidario y Casa de Cultura y Solidaridad protestaron este sábado en la Plaza Monumento CVG, en el sector Alta Vista, de Puerto Ordaz, para llamar la atención del empobrecimiento de las sociedades como arma de manipulación y de explotación laboral.

“Fundamentalmente es un problema de egoísmo”, recalcó Ruiz. “A pesar de que el manejo de los problemas del país corresponde al Gobierno, los ciudadanos más afectados por el empobrecimiento deben asociarse entre sí y dejar la dependencia de subsidios que ablandan su voluntad”, comenta el sacerdote.
“Las lecciones de la historia son importantes para comprender el poder y la voluntad que tienen los sectores más empobrecidos, que pueden surgir sin ayuda del Estado”, expresó Ruiz, quien agregó que “el vigor de los pobres” en cualquier país está propenso a convertirse en “la fuerza más poderosa del mundo”.


Una realidad distinta
Uno de los objetivos de la concentración fue considerar la justicia como herramienta para alcanzar el cambio y despojar a este país (y a cualquier otro) de la pobreza impuesta por organismos que pretenden pasar por encima de ellos.
“La pobreza impuesta es miseria, no pobreza”, insistió Ruiz en el caso de Venezuela.
En Venezuela, el modelo político del socialismo del siglo XXI ha llevado al país a la dependencia del Estado como modelo ideal.
En febrero de 2014, el actual candidato al PSUV por el estado Bolívar para la Asamblea Nacional, Héctor Rodríguez, aseguró que sacar de la pobreza al pueblo no estaba en los planes del alto mando del poder por el temor de convertirlos en “escuálidos”.
Esta semana, el gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez, insistió en que los chavistas pueden comer “palo o piedras fritas”. El ejecutivo regional pidió a los adeptos al gobierno no “caer en la tentación” ni molestarse por la escasez.
“Tengamos mucho cuidado, que nos quiten lo que les dé la gana, nosotros somos capaces de comer palo o tirar en vez de dos huevos, dos piedras y nos comeremos las piedras fritas, pero a nosotros no nos doblega nada ni nadie”, advirtió el gobernante para enfatizar en que el país vive en una guerra económica e inflación inducida.


Empobrecimiento, herramienta política
Para Héctor Bonalde, uno de los organizadores de la concentración, la actividad del sábado -que empezó a las 3:00 de la tarde- las expectativas fueron positivas: transmitir que la pobreza es una opción, pero que el empobrecimiento es un arma para estrategias políticas. “El empobrecimiento es algo injusto, que no se puede tolerar”, manifestó.
Los mensajes de la concentración también giraron en torno a evidenciar la explotación del trabajador y hacer presión moral para exponer que la pobreza impuesta es una herramienta que ayuda “llevar el control de las sociedades”.
La entrega de volantes, su revista Autogestión, la realización de charlas y una obra de teatro ayudaron a exponer todo los contenidos para transeúntes de la Plaza Monumento CVG.
Inés Liconti, responsable de los medios de comunicación, se lamentó diciendo que “un país tan rico (Venezuela) no debería tener tanto empobrecimiento”, señalando como responsable fundamental al gobierno.